Por favor, no estoy rezando como solía hacerlo, estoy de rodillas y mi cerebro no está conectando, no puedo formular las oraciones que quiero decir. Me siento perdido... ¿Ya no estoy conectado con Dios? ¿Qué está pasando? Estoy tan confundido, ¡por favor ayúdame Dios!
De la misma manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos por qué debemos orar, pero el mismo Espíritu intercede por nosotros con gemidos que no se pueden expresar con palabras.
Comentarios (1)
Join the conversation
Sign In to Comment