Humildemente pido a mis hermanos y hermanas en Cristo que oren por mí y por mi familia, para ayudarnos a sobrevivir la tormenta que enfrentamos hoy (Bagyong Uwuan). También en Filipinas, rezo para que muchas almas regresen a Dios y tengan una relación personal con Él. En el nombre de Jesús, amén.
Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro; las olas del mar se aquietaron.
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