Necesito que todos oren por mí. Mi ritmo cardíaco sigue siendo demasiado alto y está afectando mi trabajo. Estoy en una lista de espera de 3 meses para ver al cardiólogo. Personalmente, creo más en el poder de la oración y el poder curativo de Dios que en los médicos y la medicina.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
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