A cualquiera que lea esto,
Que el Señor, nuestro Dios bondadoso y amoroso, te sane del dolor que pesa en tu corazón. Que Él calme las tormentas en tu mente y traiga paz a los pensamientos que te mantienen despierto por la noche.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
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