Reza por aquellos con deudas y adicciones al juego y por aquellos afectados por el juego, incluidos familiares y amigos de quienes juegan y causan daño. Reza por aquellos hijos de Dios o no, con adicciones.
Ninguna tentación os ha sobrevenido que no sea común a los hombres. Dios es fiel, y no permitirá que seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, para que podáis soportarla.
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