Estoy profundamente agradecido a mi Señor. Cada día, al comprometerme con la oración y seguir Su guía, estoy presenciando la restauración gradual de mi matrimonio roto. Puedo ver que mi esposa comienza a abrirme su corazón nuevamente, a pesar de la traición y el dolor que le causé.
Mi deseo más profundo es tener a mi esposa completamente de vuelta en mi vida. Sin embargo, estoy aprendiendo que para lograr esto, debo priorizar desinteresadamente sus necesidades y bienestar, reflejando el amor que Cristo demostró por Su Iglesia. Por esta revelación, estoy agradecido al Señor, ya que Él me está guiando a través de este viaje transformador.
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