No olvidemos lo más importante de nuestra fe en Jesucristo de Nazaret. Amor. Tomemos a Cristo como ejemplo. Amó tanto a Judas, aunque sabía lo que haría, y todos los demás apóstoles no podían decir quién lo traicionaría. En sus últimos momentos no maldijo a sus torturadores, sino que pidió al Padre que los perdonara. Y aunque sabía que romperíamos la Ley y pecaríamos, aún pensó en ti y en mí en esa cruz. Así que hoy, ora por tus enemigos, quienquiera que sea. Sé misericordioso.
Pero ama a tus enemigos, hazles bien y préstales sin esperar recibir nada a cambio. Entonces tu recompensa será grande, y serás hijo del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados. Sé misericordioso, así como tu Padre es misericordioso.
Comentarios (0)
No comments yet. Be the first to comment!
Join the conversation
Sign In to Comment