Otro día lleno de desafíos, fatiga, lágrimas y tristeza. Pero estoy agradecido al Señor que a pesar de esto, me levanté entero y sano. Gracias, Señor, por estar siempre conmigo, incluso en los peores momentos. Gracias a Ti, la vida adquiere un mejor significado, volviéndose menos aterradora.
El Señor está cerca de los quebrantados de corazón y salva a los que están abatidos de espíritu.
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