Gracias por los atardeceres que son tu diseño para celebrar el final de un gran día, y gracias por los amaneceres que son tu forma de decir declaro un gran día. Como tu hijo, me recuerdas disfrutar cada día con tu presencia y poder.
El amor inquebrantable del Señor nunca cesa; sus misericordias nunca llegan a su fin; son nuevas cada mañana; grande es tu fidelidad.
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