Dios, eres tan bueno incluso cuando voy en tu contra. Nunca te rendiste conmigo, incluso cuando yo me rendí contigo. Gracias por llamarme de vuelta a casa. Gracias por llamarme de vuelta. Gracias por devolverme a la vida. Gracias por ser mi seguridad, mi escudo y refugio. Gracias por hablar la verdad frente a las mentiras del enemigo. Gracias por todo. Incluso por mis luchas, porque sé que tienes el control de todo. ¡En el nombre de Jesús, Amén!
Mi carne y mi corazón pueden fallar, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.
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