Una cosa que sé con certeza es que el amor y la misericordia de Dios son increíbles, y el Salmo 23 refleja bellamente esta verdad. Dice: “Él prepara una mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; mi copa rebosa. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré para siempre.” Veo esto como Dios no solo preparando una mesa delante de mis enemigos, sino llenando mi copa para que pueda invitarlos a unirse a mí, compartiendo el agua viva y el pan del Reino con ellos en lugar de festejar frente a ellos. Su bondad y misericordia me siguen diariamente, permaneciendo lo suficientemente abundantes como para seguir ofreciéndolas incluso a aquellos que se oponen a mí. Después de todo, dar misericordia es la única manera en que realmente habitaré en la casa del Señor para siempre. Amén. 🙏✝️✝️✝️
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia.
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