La Mesa de la Misericordia: Cuando Dios Alimenta a Tus Enemigos
Un Devocional Diario por: Ernesto Joseph Sandoval
"Preparas una mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; unges mi cabeza con aceite; mi copa rebosa." — Salmo 23:5
A menudo leemos este versículo e imaginamos a Dios organizando un banquete de victoria mientras nuestros enemigos se ven obligados a mirar, impotentes. Imaginamos un festín de vindicación mientras aquellos que nos hicieron mal rechinan los dientes, incapaces de participar en las bendiciones que Dios ha puesto ante nosotros.
Pero, ¿y si hemos pasado por alto el corazón más profundo de este versículo?
¿Qué pasa si la copa rebosante no está destinada a regodearse sobre nuestros enemigos, sino a invitarlos a beber?
¿Qué pasa si la mesa preparada ante ellos es una invitación abierta al arrepentimiento, la reconciliación y una muestra de la misericordia de Dios?
Una Mesa en Presencia de Tus Enemigos
En el antiguo Cercano Oriente, compartir una comida era un acto de paz, pacto y restauración. Era una señal de que la enemistad se dejaba de lado y que la paz se extendía incluso a aquellos que alguna vez fueron considerados adversarios.
Cuando Jesús dijo: "Ama a tus enemigos, haz bien a los que te odian," (Lucas 6:27) no estaba hablando en un sentido abstracto. Estaba haciendo eco del Pastor del Salmo 23, que nos guía no solo junto a aguas tranquilas, sino también a momentos de misericordia radical que parecen imposibles.
La "mesa" preparada ante tus enemigos no es una muestra de tu superioridad. Es una muestra de la misericordia de Dios a través de ti.
Misericordia Derramada, Misericordia Compartida
Dios unge tu cabeza con aceite, marcándote como suyo, no para presumir, sino para comisionarte como un vaso de misericordia. Tu copa rebosa para que otros, incluso aquellos que te han hecho mal, puedan probar y ver que el Señor es bueno.
La misericordia es la moneda del Reino. Hemos sido perdonados mucho, así que perdonamos. Hemos recibido misericordia, así que damos misericordia.
"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia." — Mateo 5:7
Cuando los Enemigos se Convierten en Familia
Imagina el poder de tus enemigos viendo tu perdón, tu paz, tu amabilidad inexplicable, y volviendo sus corazones a Dios por ello. Imagina el día en que aquellos que una vez estuvieron en tu contra ahora se sientan a tu lado, festejando en la mesa de la gracia, lavados por la misma sangre de Jesús que te redimió.
Esto no es debilidad. Es la victoria de la cruz de Cristo trabajando en tiempo real. Porque Jesús murió por nosotros "cuando aún éramos pecadores" (Romanos 5:8), y estamos llamados a reflejar ese mismo amor.
Una Oración para Vivir Esta Mesa
Señor, gracias por preparar una mesa delante de mí, incluso en presencia de mis enemigos. Enséñame a ver esta mesa no como un lugar de orgullo, sino como un lugar de invitación. Que mi copa rebosante de misericordia sea un testimonio de Tu gracia. Dame el valor para extender amabilidad a aquellos que me han herido, no por mi fuerza, sino por Tu Espíritu. Que mi vida refleje la misericordia que me has mostrado, para que otros puedan probar y ver Tu bondad. Amén.
Un Desafío para Hoy:
¿Hay alguien a quien consideres un "enemigo" en tu vida ahora mismo?
Ora por ellos hoy, pidiendo sinceramente a Dios que los bendiga.
Busca una pequeña manera de extender amabilidad, incluso si es solo a través del perdón silencioso en tu corazón.
Reflexiona sobre cómo la misericordia de Dios hacia ti te capacita para convertirte en un ministro de reconciliación (2 Corintios 5:18-19).
La misericordia de Dios no es solo para que la recibas; es para que la compartas.
Estás llamado a la mesa radical del Reino, donde los enemigos se convierten en hermanos, y donde tu copa rebosante invita incluso a aquellos que te han herido a encontrar agua viva.
Así es como habitamos en la casa del Señor para siempre: habitando en misericordia.
Amén
🙏✝️✝️✝️
Pero amad a vuestros enemigos, y haced el bien, y prestad, sin esperar nada a cambio, y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y los malos.
Comentarios (0)
No comments yet. Be the first to comment!
Join the conversation
Sign In to Comment