Me resulta gracioso cómo piensan algunas personas. Muchos piensan que si viven con Dios, la vida será despreocupada y todos los deseos se harán realidad, pero ese no es el caso. Dios nos acompaña en las preocupaciones cotidianas y nos ayuda con ellas, pero no nos las quita. Dios quiere que crezcamos en la fe y no nos quedemos estancados. La fe en Jesús es como un maratón; es agotador y parece una eternidad, pero cuando se alcanza la meta, la alegría es inmensa. Honor y alabanza al Señor. Quien haya recibido discernimiento de Dios puede alabarlo y honrarlo en los comentarios.
Considérenlo un gozo puro, mis hermanos y hermanas, cada vez que enfrenten pruebas de muchas clases, porque saben que la prueba de su fe produce perseverancia. Dejen que la perseverancia termine su obra para que puedan ser maduros y completos, sin carecer de nada.
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