Clamo al Señor por mi vida, y mi alma le alaba, porque grande es su misericordia para conmigo en estos días, a pesar de mis faltas pasadas (Salmo 86:5). Desde que abrí mi corazón a Él, su bondad y fidelidad me han sostenido (Lamentaciones 3:22-23). Bendigo su santo nombre por su amor eterno y su soberanía sobre todas las cosas (Salmo 145:1-2). Anhelo seguirle con todo mi corazón y agradarle en todo (Salmos 119:10).Te pido, Señor, por mi hijo, que lo guíes por sendas de justicia y lo hagas crecer en el conocimiento de tu verdad (Proverbios 22:6). Moldea su corazón para que sea obediente a tu Palabra y ande en tus caminos (Deuteronomio 6:6-7). Oro también por mi exesposa, para que encuentre tu luz y sea transformada por tu gracia salvadora (2 Corintios 4:6).En cuanto a mí, te suplico, Señor, que me des discernimiento para buscarte con diligencia cada día (Salmos 119:105) y para vivir conforme a tu voluntad (Colosenses 1:9-10). Derrama tus bendiciones sobre mi familia, que tu presencia se manifieste en nosotros y nos llenes de un hambre insaciable por tu Palabra (Mateo 5:6). Que tu Espíritu nos guíe y tu gloria sea sobre nosotros, para que en todo te honremos (Salmos 115:1). Amén.